miércoles, octubre 15, 2008

¿Seremos Rojos?

Hoy me vais a permitir darle la voz a un buen amigo, un hermano de hecho. Con todos ustedes: ¡La Mano!

¿Seremos Rojos?

por LaMano

Hoy ha sucedido algo increíble. Creo que se va a acabar el mundo o algo así. El ayuntamiento de la pequeña-y-demasiado-poblada-ciudad de New Jersey donde vivo me ha regalado (del verbo debes aceptarlo o atente a las consecuencias) y gran cubo de plástico naranja con un tatuaje en negro que es la dirección de casa y me ha pedido (versión perifrástica del verbo debes hacerlo o atente a las consecuencias) que lo llene con todas las latas/botellas/cartones que antes denominábamos basura. He preguntado a mi oráculo Internet I el Sabelotodo y me ha dicho que eso se llama recycling
.

Esta pequeña-y-demasiado-poblada-
ciudad de New Jersey donde vivo se ha unido a la conciencia colectiva mundial y ha comenzado a guardar todas esas cosas útiles que antes eliminábamos. ¿Será verdad? Quizás me estoy dejando llevar por el entusiasmo. ¿Nos estaremos haciendo rojos? Porque esto de reciclar suena rojísimo en este lado del mundo. O quizás es que se va a acabar el mundo. Lo que es seguro es que algo raro está pasando.

Después de mi asombro casi de infarto cerebral, después de dar la bienvenida oficialmente a mi nuevo inquilino (porque el cubo de ex-basura es realmente grande), después de inaugurarlo brindando por su nuevo empleo con una Coca Cola (nada como la chispa de la vida para celebrar los grandes momentos), he he soltado una gran carcajada. Ahí estabamos los tres: yo, un gran cubo naranja chillón y una lata de Coca Cola. Una estampa muy divertida.

¿Divertida? Sí. Porque esto de reciclar me lo metieron en los tuétanos los sacerdotes conservadores y tradicionales que me educaron al otro lado del océano (de uno, el que sea, que los océanos son todos de agua). Y ahora me encuentro que el lado progresista y desconcertado de los Estados Unidos es ha convertido en el predicador de la ecología, las energías renovables y el reciclaje. Genial. Lo que me neseñaban en la Iglesia cuando niño ahora está de moda. Qué rarito está el mundo. El fin del mundo, seguro. Ya te digo.

Si hasta mi vecino el alcalde de New York nos ha amenazado (del verbo lo digo pero nunca tendré el valor de hacerlo) con instalar molinos de viento para producir energía eólica. ¿Se imaginan que coincide la instalación de los artefactos con una campaña publicitaria Spain is different y nos llenen la Gran Manzana con molinos manchegos? Sería quijotesco que a estas alturas mi nuevo país se convierta en el abanderado mundial del recycling. Puede ser que incluso invadamos los países que no reciclen! Ay.

De todas formas me siento muy contento de que mi alcalde (algo mío es, que para eso le voté) se haya puesto las botas reciclando cubos de basura para que sean cubos de reciclaje. Quién sabe si hará lo mismo con unos cuantos empleados públicos que yo me sé.

Mientras tanto, voy a poner otra lata de Coca Cola en mi nuevo cubo. Y así le doy las buenas noches.
Good night.